Ser padre es todo un desafío. Cuando se tiene un primer hijo, el desconocimiento hace que nuestra miedo crezca y las visitas al pediatra se convierten en habituales. No dejamos de visitarlo con nuestro segundo hijo, aunque quizá la frecuencia disminuye un poco. Al fin y al cabo, cada hijo es único y distinto y las experiencias también, lo cual convierte al pediatra en la persona más importante para los padres después del propio vástago. En este libro se recopilan anécdotas divertidas sobre pediatras y se incluyen consejos prácticos de médicos renombrados de España.-