Aburrido con el mundo social de Londres y las constantes demandas del Príncipe de Gales, el Marqués de Aldridge se refugia en su casa de campo en el Castillo de Ridge. Montando a caballo en un pueblo cerca del Castillo se encuentra con una turba de aldeanos que arrastran el cuerpo inconsciente de una joven muchacha, hacia un estanque de patos. Convencidos de que ella era una bruja, se empeñan en ponerla a prueba. Si ella se ahoga, es inocente. Si ella flota, es una bruja y debe morir. Él rescata a la joven y la instala en su Castillo. Estaba seguro de que la bella joven de pelo negro, cuyo nombre es Idylla, con arrebatadores ojos azules, sería demasiado hermosa, e inocente, para que pudiera ser una bruja. Pero, sin embargo, cae bajo su hechizo sin poder hacer nada, y ella lo estaba hechizando, como ninguna otra mujer lo había hecho antes. Más tarde se descubre la verdadera trama que la trajo hasta él, y sin esperarlo, descubre un amor más allá de lo que imaginaba posible.