Como suele ocurrir con algunas de las novelas fundamentales del continente americano, "El mulato", un verdadero clásico de la narrativa brasileña, rompe los moldes europeos en los que se basa y consigue un tejido extraño, nuevo, engañosamente ingenuo, donde el naturalismo se libera de toda ortodoxia para dejarse conteminar por el dinamismo y la sorpresa del folletín romántico, la novela de aventuras o de misterio. Una combinación feliz y excéntrica que los lectores no podemos dejar de celebrar. Cumpliendo a cabalidad la máxima borgiana de que los libros se corrigen solos con el paso de los años, "El mulato" demuestra que su arsenal de clichés, sus estrafalarios personajes y todo el color local de sus descripciones están en realidad al servicio de una trama delirante que acaba configurando una lúcida parábola política y un alegato feroz contra las escuelas sociales del colonialismo y la educación clerical.