A finales del siglo XIII la Escolástica cristiana estaba operando una importante transformación con motivo de la llegada a occidente de numerosas obras de filósofos griegos y latinos, especialmente de Aristóteles. En las recién creadas universidades se especulaba con la adaptación de la doctrina cristiana a la filosofía aristotélica. El joven filósofo y teólogo André de Montauban es enviado por su maestro de la Universidad de París, a realizar un encargo acerca de los libros del Aristóteles que habían recalado en la Escuela de Traductores de Toledo, engrandecida por el rey castellano Alfonso X el Sabio. En el viaje de desplazamiento y en su estancia en la ciudad sobrevienen al de Montauban distintos incidentes políticos y miliares, incluido el conocimiento de la joven Dulce, una inteligente mujer de la que se enamora.
En uno de los incidentes conoce a los infantes de Aragón don Ferrán y don Pedro. Más adelante, este último, rey heredero de la corona, lo llama para que se una a él en una empresa que terminaría en la conquista de Sicilia y otros sucesos históricos derivados de la guerra contra el francés Carlos de Anjou.
André recorre Castilla y Aragón bajo distintas vicisitudes históricas de ambos reinos, el primero en cierta decadencia por sus disputas dinásticas. El segundo en ascenso, precisamente por el arrojo y firmeza de su rey Pedro III en la guerra de Sicilia, que sería uno de los hitos históricos más sobresalientes del reino, bajo el impulso de una Cataluña más rica y más poblada que el resto del reino aragonés.