No hay nada como una infancia perfecta. Nuestro pasado es una historia a la que podemos acudir desde muy diferentes contextos, y este libro nos sugiere cómo convertir el pasado en un poderoso aliado.
Porque nunca es tarde para una infancia feliz. Nunca podemos olvidarnos de nuestros ojos infantiles. De hecho, cuando se nos despierta la curiosidad y el deseo de crecimiento y aprendizaje empezamos a reconocer cosas de nuestro turbulento pasado. Entonces nos dejamos llevar por los problemas, cuestionándonos por qué no podemos ser felices...
La clave no está en la búsqueda de alivio del estrés, de las dificultades, sino en situarnos en la circunstancia que nos transmita la alegría infantil.