Por instrucción divina, las pequeñas joyas rompieron el silencio para acompañar a sus creaciones: Los seres humanos y les informaron de lo que habrían de hacer en la misión cosmogónica. Por ellas supieron que la Tierra-madre se hacía escuchar, que expresaba su cansancio y su llanto. Por ellas también se enteraron de que el Cielo-Padre la acompañaria en todo momento, con su amor . A través de las joyas, el amoroso Universo entregó la información para dotar a la humanidad –en esta su anunciada prueba–, de las herramientas necesarias para superarla y para trascender.
Se derrumbaron instituciones y creencias; los paradigmas cambiaron. Cientos y miles de grupos, como el de Jerónimo, llevaron la luz al último trayecto que se inició con la liberación de información de las pequeñas joyas.