La memoria de los perros es un poemario de tempestuosos y ágiles versos que se encabalgan, desbordando de ese modo su semántica en un abanico de posibilidades infinito, a merced de un verso libre que se mece en el surrealismo y en pinceladas de aire barroco y simbolista.
fluyen las hormigas por mis ojos
mirada filamentosa luzco
de ortigas enhebrado tengo el cuerpo
sobre polvo de caolín prisioneros mis pies
en la pureza de su níveo color
la transparencia de tu figura
en el alambicado rodar de la calle
diluye trasnochada ambivalencia de cuerpos