Las dictaduras de nuestros días es una réplica a Las dictaduras, de Francesc Cambó, pero mientras el libro de Cambó ha pasado al olvido, el de Nin no lo ha hecho. Una relectura es suficiente para ver los motivos: una crítica, fundamentada con datos y atenta a la historia, al análisis apriorístico del político regionalista y que también buscaba desmontar las interpretaciones más extendidas entre la intelectualidad burguesa del momento sobre el surgimiento del fascismo.
Todo ello, obviamente, dentro de las limitaciones del autor (reconocidas por el propio Nin en el prólogo), que en el momento de redactar el texto aún residía en Moscú y, por lo tanto, disponía de un acceso limitado a determinados datos y obras, y también porque el propio fenómeno analizado estaba desarrollándose (el nazismo, por ejemplo, no había llegado todavía al poder en Alemania).