¿Cuál es la relación entre estética y política, entre literatura y violencia política? Este libro se ocupa de esos vínculos que se manifiestan como articulaciones específicas de los textos, espacios donde la política es una cuestión que atañe a la estética. Pensar lo político en la literatura invita a leer su inscripción en el interior mismo de las ficciones, como resultado de modos de representar que establecen un "equilibrio inestable" entre ambos campos.
Distintas son las estrategias que llevan adelante los relatos: una genealogía definida por sus mecanismos evasivos para nombrar el horror y la violencia extrema que va de Borges, Julio Cortázar, Rodolfo Walsh, Ricardo Piglia hasta Alejandra Costamagna o Julián López; las obras de Eduardo Lalo y de Mario Levrero, siempre oscilantes entre la ficción y el ensayo, en las que el repliegue en la interioridad y la obsesión por la escritura aíslan del mundo externo, concebido como espacio hostil y violento; la narrativa de Leonardo Padura y Pablo Montoya, donde la historia y la imagen, pictórica y fotográfica, son los espacios de la "negociación".
En todos los casos, narrar la violencia política vincula el qué contar con el cómo hacerlo: los relatos construyen así una ética de la escritura que es, de por sí, una estética política.