Cuando Caín mató a Abel se refugió al este del Edén, en la tierra de Nod. Parece que fue el lugar donde se refugiaban las almas desterradas del Paraíso para purgar sus faltas. Filoversando en Nod es un viaje poético por esa tierra a la que a veces nos lleva la vida, donde se pretende indagar en su propio sentido, en ese "darse cuenta" de la conciencia de ser como algo que sucede en lo cotidiano, en lo sencillo, en lo trágico también, pero a la vez en la profundidad de la herida que nos queda cuando comenzamos a existir, es decir cuando nacemos. Es un viaje lleno de versos sencillos pero profundos, con la rotundidad de la reflexión en las metáforas.
La segunda parte del poemario Versos cuánticos fue premiada en el certamen Voces Nuevas de la editorial Torremozas en el año 2006, y es una poesía que intenta dar una visión diferente de sentimientos universales.